Camino lentamente, sola. Resulta extraño girar la cabeza a
un lado y a otro y descubrir que los senderos siguen vacíos. Es esa hora de la
tarde en la que los pocos pájaros que se atreven a cantar suenan más a
despedida que a cortejo.
Otra fuente, un reflejo de la cúpula y de la torre de San Manuel y San Benito invita a su captura en una foto más y, de repente, una hoja emborrona esa imagen con las ondas que ha creado su caída en la pileta.
Y sigo caminando, pero mis botas no emiten sonido alguno en
la grava ni me persigue una sombra.
Carlos II, Doña Berenguela, Alfonso I de Aragón, sin orden aparente, me van saludando desde el pedestal con su mirada orgullosa,
altiva, recordándome que no habrá una inscripción con un nombre que recuerde
que estuve aquí, que les hablé, que les confesé la soledad de mi piel sin su
roce.
Continúo atraída por el graznido desesperado de los patos
peleando por las migajas que olvidaron los críos sobre la baranda del estanque.
Me gusta mirarlos. Si volviera a nacer querría ser pato, no, mejor cisne. Poder
caminar, nadar, volar… desplazarme en todos los elementos para que mis alas
sientan la tierra, el agua o el viento sin impedirme ir a donde quiera. Sí,
sería cisne y, al igual que ellos, seguiría con él hasta el final.
Y tarareando a Saint-Saëns*, me alejo buscando, sólo por
seguir mientras haya luz. No hay muchas más personas: alguien en bici que me
pasa rozando, el guarda de las barcas del estanque, algún adivinador del futuro.
Mi mirada se queda atrapada en los cuerpos que oscilan con
las notas del tango que llora**, y yo con él, mientras se deslizan en una
caminata tras otra para alargar su tiempo abrazados. Lo que daría por vivir
ese romance de tres minutos…
Extiendo mi mano para sentir los pocos rayos de luz que cada
vez más débiles atraviesan las hojas de los árboles. Sólo me quedan unos
segundos antes de que la luna borre mi presencia y me condene un día más a
esperarle. Mañana, una vez más, recorreré las sendas y seguiré buscándolo en
esos ojos que no me ven. Me lo prometió, sé que vendrá.